miércoles, 28 de junio de 2017

Yo quiero ser papá



Estuve unos días en velero recorriendo Menorca. Eran las fiestas de por ahí y aprovechamos el evento para navegar por tan estupenda isla. No os la publicito mucho porque ya bastantes visitantes tiene durante esos días como para que os entre el gusanito también de ir y al final no cabremos.

La cosa es que en un velero, aparte de tomar el sol poco se puede hacer vadeando para un lado y para el toro, así que, el entretenimiento favorito es hablar, cantar y filosofar, el cómo llegamos a cada fase mejor no os lo cuento pero suele venir precedido por la ingesta de bastante alcohol.

El caso es que de un tiempo para acá detecto que el llamado reloj biológico de las mujeres que, a cierta edad, nos vuelve locas para ponernos hacer churumbeles también les sucede a algunos hombres plenamente válidos para ser papás y que, como yo, no han encontrado a alguien con quien compartir lo bonito de la paternidad. 

Una vez más la naturaleza es tremendamente injusta porque a mí, si ahora se me antoja, con enchufarme unas cuantas hormonas y chuscarme al primer marinero medio bobo que encuentre por ahí ya puedo ser mamá pero… ¿qué pasa cuando un hombre quiere ser padre pasado los 40?

¿Acaso la solución más fácil es pillarse a una señorita de edad temprana que esté a años luz de su momento vital? ¿Realmente los hombres son más inmaduros y les cuesta menos enamorarse de jovenzuelas?

Desconozco si por temas legales pueden adoptar siendo monoparental, lo que sí sé es que es un dineral que no todo el mundo se puede permitir y menos uno solo. Que gente normal no pueda darles todo el amor que necesitan a tantos niños por unas perras políticas me da mucha penita.

Cuando dicen que el hombre tiene más tiempo para ponerse a tener hijos es solo una cuestión física. Si, siguen teniendo soldaditos pero cada vez son menos los dispuestos a fecundar. Y así como se nos critica a las mujeres por querer ser mamaabuelas a chicos ya en decrepitud física nadie osaría decirles nada. Al revés, seguramente serían llamados campeones, cracks y demás sin darse cuenta de que un baby desgasta una energía que ya no tienen y que deben delegar en la jovenzuela.

Esta vida se está convirtiendo en algo tan raruno y tan dispersa que, a veces, las piezas que no siguen su curso natural, se desencajan y lo nuestro nos cuesta volver a la convencionalidad de lo normal. Yo, si fuera una cuestión de quita y pon les cedería encantada mi aparato reproductor que, al fin y al cabo, no lo uso y está como nuevo. Hace un par de años me tuvieron que operar porque decían los médicos que tenías las trompas deprimidas. ¡Pues cómo van a estar, soltera a los 40!  En fin, que no hay como los láseres para solucionar la aparente vejez y darle vidilla a tus entresijos.

Solo espero y deseo que todos los que queráis ser papás, algún día, sea tarde o temprano, lo consigáis.

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