Últimamente, el "esto antes no pasaba" empieza a ser más cotidiano de lo que me gustaría. ¿me estaré haciendo mayor...?
En fin, que si lo digo es porqué así lo siento. Después de Navidad quise darle un respiro a mi ssistema digestivo, castigado por comilonas familiares y la ansiedad que me producen las mismas. Un círculo vicioso que te convierte en un glotón de porquerías. Así que decidí comprar 3 manzanas.
De camino a casa pasé por una tienda y compré un bol de cristal que pensé que me sería útil para guardar las manzanas.
Llegué a casa y me comí una de las manzanas con un yogurt. Cortadita a trocitos y todo mezclado estaba buenísimo. Pensé "mañana cenaré lo mismo" fácil, cómodo, bueno, sano...
A día de hoy, las dos manzanas están aún depositadas en su bol. Nada les ha afectado, igual de verdes, igual de hermosas. Ni un gusano o bicho malvado se ha atrevido a penetrar en sus carnes para devorarles el corazón. Se han memitizado en el ambiente como si fueran frutas decorativas.
Y es que esto antes no pasaba. Antes, sino te comías la fruta se estropeaba. Utilizábamos el término "pocha" para referirnos a fruta no apta para su consumo. Y aún así tenías que ir escogiendo qué pedacito de fruta comías para evitar zonas contaminada por el moho.
También existe la fruta de ojos caducos. La ves en la frutería y se te llena la boca de babas solo de pensar lo buena que estará. Llegas a casa y con las prisas la guardas en el frigorífico y te olvidas de ella hasta que al día siguiente no es fruta ni moho. Es un ser que te mira a la cara con recelo y con ojos de cordero degollado te suplica una vida mejor en el container con el resto de sus amigos caducos.
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